Aceite de palma y salud

Muchos de los efectos sobre la salud del aceite de palma están asociados a su elevada composición en una grasa saturada, el ácido palmítico (16:0).


Desde el punto de vista de la nutrición y salud, no solo importa la elevada cantidad de ácidos grasos que posee el aceite, sino también la posición que ocupa el ácido graso en los triglicéridos. En este caso, la posición del ácido palmítico en los triglicéridos del aceite de palma se encuentra en la posición 1 y 3, mientras que en la posición 2 se encuentra el ácido oleico.


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Triglicérido del aceite de palma


Grasa de palma y salud cardiovascular.

Siempre se ha relacionado la aparición de enfermedades cardiovasculares con la ingesta de grasas saturadas, debido al aumento del colesterol total (CT). El CT hace referencia tanto a las lipoproteínas LDL ("colesterol malo"), que transportan el colesterol del hígado hacia otras zonas del organismo, como las lipoproteínas HDL ("colesterol bueno"), que recoge el colesterol del sistema circulatorio regresándolo al hígado para su reciclaje.

Hoy día esta teoría se cuestiona, ya que están presentes las siguientes dos afirmaciones: que exista una relación entre la ingesta de grasa saturada y el aumento del CT en sangre, y la asociación entre el CT y el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.

Se sabe que cuanto mayor es la concentración de HDL respecto al CT, mejor es considerada la salud del sistema cardiovascular. El problema de la ingesta de una grasa saturada es que eleva la concentración de las partículas más grandes y menos densas de LDL, sin haber un cambio en la relación CT/C-HDL. También se ha comprobado que ingerir ácidos grasos saturados de cadena larga, como el mirístico, palmítico y esteárico no tienen ningún efecto sobre el ratio CT/C-HDL, mientras que el ácido láurico lo mejora ligeramente.

La recomendación existente es limitar el consumo de grasas, especialmente aquellas saturadas (ya sean de origen vegetal o animal). Lo ideal es que el consumo total de grasas sea inferior al 30% del aporte calórico total, de las cuales las grasas saturadas deben constituir menos del 10% (por ejemplo, para una dieta de 2000 kcal, esta cantidad se traduce en un máximo de 20-22 gramos de grasas saturadas al día). De todas formas, no existen datos concluyentes sobre el consumo de aceite de palma o del ácido palmítico, sobre todo cuando se estudia en el contexto de una dieta equilibrada.


Aceite de palma, obesidad y diabetes.

El efecto que tiene el consumo de aceite de palma sobre la obesidad y la diabetes no se conoce al 100%. Son dos patologías complejas determinadas por diversos factores, como el tipo de grasa que se ingiere. De este modo, es complicado determinar si realmente la ingesta de un tipo de grasa, en este caso grasas saturadas, están relacionadas con la aparición de este tipo de enfermedades.

El verdadero problema de la relación entre estas enfermedades y el aceite de palma es la ingesta de alimentos ultraprocesados ricos en grasas saturadas, entre otros muchas ingredientes. En cualquier caso, se debe tener en cuenta la dieta en su totalidad, en la que deben predominar alimentos vegetales poco refinados, en comparación con los alimentos procesados.


Aceite de palma y cáncer.

Estudios relacionan la ingesta de grasa con mayor riesgo de padecer ciertos cánceres, como son el de mama, próstata y colorrectal. Como en el caso anterior, no se pueden extraer conclusiones definitivas relacionando la aparición de un cáncer con un tipo concreto de grasa. De todas formas, se ha relacionado el ácido palmítico con la aparición de metástasis en investigaciones con animales, pero de difícil extrapolación a la salud humana.

En los últimos años, se ha detectado la aparición de contaminantes en el aceite de palma que si están relacionados con el cáncer. Estas sustancias aparecen cuando el aceite se somete a temperaturas cercanas a los 200, algo habitual durante el proceso de refinado.

En última instancia, la European Food Safety Authority (EFSA) renovó recientemente a la baja los niveles de seguridad para estos contaminantes en alimentos, constatándose un riesgo de sobreexposición en lactantes y niños.


Resumen.

Según un estudio de la Universidad Pompeu Fabra, no es posible afirmar que el aceite de palma es más perjudicial para la salud que otros aceites de origen vegetal con bajo contenido en grasas saturadas, o predominantes en grasas hidrogenadas.

De acuerdo al estudio mencionado anteriormente, consumir aceite de palma es perjudicial para la salud por su elevado porcentaje de grasas saturadas (50%), pero los resultados no son concluyentes, ya que un consumo responsable, siguiendo una dieta equilibrada y saludable no supone riesgos para la salud.

Se conocen estudios que muestran que el aceite de palma eleva el colesterol y otros lípidos, lo cual se asocia a un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, pero no ofrecen datos concluyentes sobre si este aceite es o no más perjudicial que otros aceites vegetales.

Por ello, afirmar que el aceite de palma es más perjudicial que otras grasas de uso alimentario es un error ya que estos estudios son de calidad moderada-baja. Faltan estudios de calidad para aclarar si el aceite de palma aumenta o no el riesgo de mortalidad precoz y de sufrir ciertas enfermedades. 

En la siguiente tabla se muestran los resultados obtenidos sobre los efectos del consumo de palma sobre las enfermedades cardiovasculares.

Resultados estudios Universidad Pompeu Fabra.


Bibliografía.

https://aceitedepalmasostenible.es/el-aceite-de-palma-es-peor-para-la-salud-que-otros-aceites-vegetales/


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